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(Carta de la comunidad mexicana en Francia y de los firmantes de esta petición dirigida al presidente francés François Hollande y a su ministro de relaciones exteriores Laurent Fabius)

Retire la invitación al presidente Enrique Peña Nieto a las celebraciones del 14 de julio 2015

Señor Presidente,

En los últimos meses, México ha atravesado una serie de acontecimientos trágicos que han sacudido la opinión pública. Nos referimos a crímenes de Estado cometidos por el Ejército mexicano en Tlatlaya (Estado de México), en junio de 2014; por la Policía Municipal con probable complicidad del Ejército en Iguala (Estado de Guerrero), en septiembre de 2014 y, más recientemente, por la Policía Federal en Apatzingán (Estado de Michoacán), en enero de 2015.

El presidente Enrique Peña Nieto se ha mostrado insensible a las críticas y se niega a reconocer el deterioro de la situación de los derechos humanos en México. Al no actuar para que la justicia mexicana cumpla plenamente su papel y al descalificar a los periodistas y organismos internacionales que critican la gestión de su gobierno, Enrique Peña Nieto se hace cómplice de quienes ordenan esos crímenes. La sociedad civil mexicana no tiene otra opción que dirigirse a la comunidad internacional para reclamar justicia.

Es hora de tomar en serio la situación de violencia sistémica que padece el pueblo mexicano, de la que el Estado, a través de sus fuerzas de seguridad, es directamente responsable. Los vínculos entre Francia y México no pueden estar supeditados exclusivamente a consideraciones de “diplomacia económica”. México atraviesa a la vez una crisis humanitaria que no es reconocida como tal, y una crisis de representatividad sin precedentes a causa de la inmoralidad de sus gobernantes.

Por estas razones, condenamos la presencia del presidente Enrique Peña Nieto en la conmemoración del 14 de julio 2015, así como toda honorabilidad que le sea destinada. Por lo tanto, Sr. François Hollande, le pedimos reconsiderar dicha invitación. 

Señor presidente, le rogamos que no sea indiferente a las preocupaciones y demandas de la sociedad civil mexicana. La vocación de Francia, que Ud. encarna, no está en honrar a un dirigente involucrado en actos represivos y bajo sospechas de corrupción a cambio de jugosos contratos de armamento. Mucho menos está en conceder un desfile en los Campos Elíseos a unas fuerzas armadas señaladas por sus múltiples y documentadas agresiones a civiles. En lugar de eso, le solicitamos que aproveche la ocasión para reiterar su compromiso con la defensa de los derechos humanos, condenando públicamente las desapariciones forzadas, las torturas generalizadas y las ejecuciones extrajudiciales perpetradas cotidianamente en México en absoluta impunidad.

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